LUIGI CAMPOS
Madrid 25/12/2021
La mascarilla al aire libre una enfermedad social
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Este vídeo revela el nivel de las personas afectadas por el uso de la mascarilla
en lugares públicos, también al aire libre en Madrid.
Véase
vídeo en los enlaces:
https://t.me/elespejocritico (11:03)
https://twitter.com/elespejocritico (02:19)
https://odysee.com/@elespejocritico:2 (11:03)
https://www.instagram.com/elespejocritico/ (11:03)
https://www.facebook.com/elespejocritico/ (11:03)
La obtención de datos como indicador para detectar el nivel poblacional de
uso de la mascarilla al aire libre tuvo en cuenta la visita al centro de
Madrid, lugar por el que circulan personas de todas las edades y, también, por
relaciones, entornos y clases sociales. Lo mismo, incluye lugares muy abiertos
al aire libre, para ello me dirijo al Campus Universitario de la Universidad
Complutense.
Como observación, la recogida de datos tuvo
lugar en la ciudad de Madrid los días 18, 19 y 23 de diciembre del presente
año.
Esta muestra representativa de la población
madrileña indica resultados altamente preocupantes, diríamos, de trágicos a
espantosos, donde el 90% de la población
sigue utilizando la mascarilla,
casi 6 meses después de que dejaran de ser obligatorias
al aire libre, impuesto
el 21 de mayo de 2020.
Honestamente, me sorprendió que en mi visita
al campus universitario, un lugar donde se debe aplicar el pensamiento crítico
a través de la enseñanza y la educación, pueda ser testigo de que tanto
estudiantes como profesores y
/ o administradores usan la mascarilla al aire
libre. Y tremendamente sorprendido de ver a dos estudiantes de rostro asiático
en un coche, puestos con la mascarilla quirúrgica
y de PVC.
Por otro lado, las imágenes tomadas en el
interior de una estación de metro
de Madrid vemos que los viajeros no guardan
ninguna intención ni por unos segundos de tenerlas bajo la nariz, ni una pizca
de incomodidad, al contrario lo llevan
bien puestas e incluso se aseguran
de que sea así.
En cuanto a la mascarilla en la calle, el 28 de junio el diario El Mundo publicó este titular: "La mayoría de los ciudadanos usan mascarilla al aire libre aunque no es obligatorio", agregó El Diario a esta observación: ¿Por qué la mascarilla resiste en las calles sin que su uso sea obligatorio?
La medida de usar la mascarilla
al aire libre ha sido ampliamente cuestionada por científicos de primera línea
y organizaciones de salud. Vea lo que dicen los expertos:
-
El epidemiólogo Marc Lipsitch (mart lepsech), director del Centro de Dinámicas
de las Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Harvard (EEUU) nos dice “que
no hay evidencias de su beneficio”.
-
La Asociación Madrileña de Salud Publica pidió el 6 de abril la anulación de
esta “absurda” obligatoriedad de la mascarilla al aire libre.
-
El científico Jeremy Howard (jéremi jaguer) de la universidad de San Francisco
subraya que “normalmente no es necesario llevar mascarilla al aire libre”.
-
El dato publicado por el Centro de Vigilancia de Protección de la Salud nos
dice que solo una persona de cada 1.000 se infecta fuera de entornos cerrados.
-
Por último, Mario Fontán, de la Sociedad
Española de Epidemiología, sintetiza: “Es una medida más cosmética
[superficial] que eficaz”.
Sin duda, estamos concurriendo ante la
evidencia de una tragedia humana. Por supuesto, no podemos culpar a la gente.
Son muchas las circunstancias por las
que la mascarilla se ha convertido en una adicción psicológica
en las personas, provocada
por sus miedos evolutivos que se dan según los expertos a partir de los 7 años.
Los expertos dicen que el 95% de la situación actual en nuestra vida personal
proviene de la programación mental de cómo hemos vivido los primeros siete años
de vida. Además, por ser víctima del sistema que está en manos de los
gobiernos, los medios de comunicación, el sistema educativo, etc. En cuanto a
la universidad, es claro que hay un problema grave en la educación científica
ya que no existe relación con la crítica
en los estudiantes.
Aquí vemos,
claramente, un
comportamiento social que revela la vulnerabilidad de las personas a ser manipuladas.
Donde sus pensamientos y acciones son de
naturaleza cobarde, incapaces de actuar desde lo que es completamente
irracional. No son conscientes de que se están haciendo daño a sí mismos.
Están obsesivamente preocupados por sus
miedos de no contagiarse o
seguir el comportamiento de la manada o ser parte de una sociedad de
ignorancia.
Sin duda, aquí viene la manipulación de cada
término que sostiene el poder: incluido el gobierno y los medios de
comunicación, lo que hace que nos comportemos como ellos quieren. El sistema
dominante sabe que el cerebro construye nuestra experiencia sensorial, nuestros
pensamientos y emociones y controla
nuestras acciones, ahí es donde trabajan
para desprogramarnos.
Comprender este proceso es observar cómo
actúa el sistema dominante en la sociedad basado en el miedo, la ansiedad, el
pánico y la angustia. Por ejemplo, los medios de comunicación son expertos en
generar ansiedad y miedo patológicos en la sociedad. Y también el gobierno
manipula, sembrando ideas, actitudes, conceptos y aspiraciones falsas,
inmorales y deshonestas en la conciencia y la mente de la gente. Ahí tenemos la
evidencia, los recursos que utiliza el gobierno a través del aislamiento, la
distancia social, la mascarilla,
etc.
Todos ellos trabajan en base a normas y reglamentos para desprogramar a la sociedad hacia el objetivo que persiguen, que es el control.
Ahora, cómo romper el automatismo de
las personas de no usar la mascarilla al aire
libre. Es muy difícil romper la cadena que ha atrapado a la gran mayoría de la
sociedad, cuando vemos que los gobiernos y los medios de comunicación y la
clase dominante tienen en sus manos y controlan la sociedad, y cuando existe un
sistema educativo que controla y domina
a la sociedad de las ciencias sociales,
humanas y médicas, debilitando a profesores y estudiantes, no independientes y
deshonestos, sectarios y atados a intereses políticos, económicos y sociales.
Sin duda, estos seguirán con sus instrumentos
de apoyo para seguir manteniendo a la
sociedad en un estado borreguil
indefenso, dócil y desinformado, sin reflexiones, sin críticas, sin luchar por
cambiar las cosas. Programar y des-programar es la finalidad mediante
el uso obligatorio de la mascarilla en
exteriores, como vemos desde el pasado viernes 24, Nochebuena. Es tremendo que
esta tragedia humana, pero también esta amenaza para la salud, esté arraigando
profundamente en la sociedad.
No
nos engañemos, esta es la tragedia
española.
Nos advirtió Antonio García-Trevijano, que hace ocho años nos decía por qué la gente no explota en España: "genes de cobardía heredados". "España es un pueblo dramático". Es decir, estamos dominados por un sistema de herencia social, cultural y genética.
El pueblo español sigue en brazos de Morfeo,
en una postura complaciente y cobarde. Observa impávido cómo los gobiernos
violan sus derechos más fundamentales frente a una dictadura sanitaria que le
fue impuesta.
Ha desaparecido como sujeto político. Vive en
un estado de mínima conciencia. La catarsis ocurrirá cuando entre en la
tragedia y reaccione para sobrevivir.