sábado, 17 de abril de 2021

COVID-19: Crisis de la sociedad médica

LUIGI CAMPOS | @elespejocritico

17/04/2021

En el mundo vivimos tiempos duros y muy difíciles, con preocupaciones, incertidumbres y dolor tras la aparición del coronavirus.

 

Mientras tanto estamos asistiendo al conflicto entre los profesionales médicos, que surge cuando dan respuestas a lo relacionado con el coronavirus y se advierten sus contradicciones, porque algunos te dicen que sí a las vacunas, a la mascarilla, a la distancia social, al PCR, de la pandemia y su gravedad y otros que no, que no la recomiendan, que la pandemia no existe y no es necesario aislarse. Entre ellos hay una contradicción, tanto de fundamento como de objetivo y aplicación.

 


 

 

Por otro lado, la sociedad que ha depositado su confianza en el médico porque entiende que, científicamente, está preparado para ejercer su profesión y porque considera que es un profesional comprometido con la ciencia médica y con los enfermos, al observar estas contradicciones se ve afectado por la falta de un criterio único.

 

¿Creemos que la sociedad desconoce este problema de ruptura de la relación entre los profesionales médicos? Por supuesto que no. Cuando una sociedad escucha diferentes declaraciones de los profesionales médicos para advertirles a favor o en contra, por ejemplo, de vacunas y mascarillas, qué mensaje le transmitimos a la sociedad si no aquella que derivan dudas, incertidumbre, dolor o riesgo, esto hace que la sociedad considere que valores como la credibilidad, la confianza, la honestidad, etc., se han truncado en la sociedad médica.

 

ISO22301 define una crisis como: “una situación con un alto nivel de incertidumbre que afecta las actividades básicas y / o la credibilidad de la organización y requiere medidas urgentes”. Esta crisis en la sociedad médica mundial es una crisis moral y ética. Y cómo nace esta crisis si no es con el deterioro de la responsabilidad de los profesionales médicos, por no asumir y profesar los valores y principios éticos médicos, por abdicar de sus responsabilidades rectores ante la sociedad, y que por los tiempos dejaron el enfrentamiento que les correspondía. El llamado “efecto coronavirus” en temas fundamentales: virus, vacuna, pandemia, mascarillas, PCR, distanciamiento social entre los principales, hizo posible este enfrentamiento, y con nuestras dudas de que habrá ciertos médicos que sigan en silencio o abogar débilmente con sus críticas.

 

Visto así, las experiencias y el conocimiento del pasado han sido de poca utilidad para la sociedad médica actual. Recordemos la epidemia de gripe de 1918 en Estados Unidos, donde algunos de sus estados impusieron el uso obligatorio de una mascarilla como medida preventiva ante un posible contagio, y los llamados a la responsabilidad social de los médicos a través de la Cruz Roja, difundiendo el lema: "Ponte una máscara, salva tu vida", y los opositores como la Liga Anti-Máscara de San Francisco, fundada por el abogado en ejercicio de esa ciudad, EC Harrington. Y así podríamos identificar otros eventos que tienen la capacidad de transmitir posiciones contrarias entre los profesionales médicos, pero que desconocemos en su magnitud de beligerancia como el actual, por ejemplo después de las pandemias de la gripe asiática de 1957, la gripe de Hong Kong de 1968, Virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de 1981, síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2002, gripe aviar de 2003, influenza (H1N1) de 2009-2010, Ébola de 1976.

 

Vivimos una época en la que el "efecto del coronavirus" tiene consecuencias en la vida social, política y económica, en cada contexto e incluso va a influir en nuestra forma de pensar y actuar. Y esto no salva a la sociedad médica con su poder y autoridad, que posibilita que surja a nivel internacional un grupo de profesionales médicos, que confrontan abiertamente con sus críticas la hegemonía del modelo médico oficial, la que origina una crisis moral y ética, que afecta tanto a los propios profesionales médicos como a los sistemas de salud en el mundo. Eso sí, desconocemos las dimensiones que tendrá esta ruptura de la sociedad médica tras el coronavirus. ¿Habrá una transformación inevitable? ¿Surgirá un nuevo frente de resistencia en ambos lados? ¿Habrá complicidad? ¿O ha pasado ser simplemente una confrontación del pasado? El destino no lo dirá.