LUIGI CAMPOS | @elespejocritico
02/04/2021 | 11/04/2021
Recibimos
con indignación, enfado, miedo o asombro la noticia de que la ley gallega abre
la puerta a la vacunación obligatoria contra el coronavirus, y sobre la que el
Gobierno lleva dicha ley gallega al Tribunal Constitucional, siendo el plazo
para la interposición del recurso de inconstitucionalidad finaliza el 26 de
mayo de 2021. La impugnación ante el Tribunal Constitucional producirá la
suspensión de la sección apelada. El tribunal tendrá un máximo de cinco meses
para ratificar o levantar la suspensión.
Cuando recibimos noticias de esta índole, como la ley
gallega de vacunación obligatoria, uno se da cuenta de que el gobierno gallego
está socavando la dignidad de las personas, solo apuñala la libertad de decidir
si todos los gallegos deben vacunarse o no.
Como vemos, la Xunta (Junta) de Galicia viola el
derecho individual a la integridad física y moral, y lo mismo al interés
colectivo, hasta el punto de que la mayoría de los españoles no quieren
vacunarse, si lo tomamos como referencia a los datos que se recogen del
Instituto de Salud Carlos III, además los expertos hablan de la poca confianza
que genera la efectividad de la vacuna en nuestro país o como el argumento del
servicio de Salud Pública de Inglaterra que no califica covid-19 como una
enfermedad infecciosa de consecuencias graves debido a su tasa de mortalidad
relativamente baja.
Señores, la vacunación obligatoria pone la libertad en
peligro de muerte. La libertad no puede ser cautiva de los intereses de los
gobiernos, y el gobierno que aprueba la ley de vacunación obligatoria viola el
derecho a la libertad, por lo tanto es un tirano y opresor.
Recuerde, la libertad es un derecho humano
fundamental. Y el desprecio por nuestra libertad nos lleva a una barbarie que
no podemos permitir ni tolerar como la indigna ley gallega de vacunación
obligatoria. La ley como tal o la ley nacional pueden obligarnos -como
considera la ONU-, al recurso supremo de la rebelión contra la tiranía y la
opresión.
Considere el riesgo que implica la vacunación
obligatoria si se ratifica la ley gallega, puede convertirse en el camino a
seguir para otras comunidades, y el gobierno Central puede verse obligado a
seguir el mismo camino. El cual insta a todos los ciudadanos, organizaciones y
colectivos de todo el territorio nacional que no apoyan la vacunación
obligatoria, a sumarse a un frente común para defender el derecho a la libertad
y asegurar que esta ley no sea ratificada, y evitar una futura ley nacional de
vacunación obligatoria.
Pensemos por un momento si este acto criminal puede ocurrir en cualquier parte del mundo. Pues aquí tenemos una referencia sobre la que debemos actuar con firmeza si esto sucede en otras naciones.
Aquí podemos sacar otra conclusión, ¿por qué la sociedad gallega no responde en defensa de la libertad? ¿Por qué su apatía? Sorprendentemente, todo está tranquilo en Galicia, aunque sus libertades están amenazadas de muerte. Una sociedad como si estuviera castrada. La pasividad es increíble.
Por último, frente a lo que ocurre en Galicia, cabe mencionar que algo que nos llama la atención, las redes sociales españolas, que de la misma forma que critican al Gobierno y el sistema sanitario español y mundial, no es comprensible porqué este evento no tiene la misma relevancia, tomemos nota de este silencio.