viernes, 9 de abril de 2021

COVID-19: ¿Debemos juzgar a la sociedad intelectual y académica frente a esta crisis?

   LUIGI  CAMPOS | @elespejocritico
09/04/2021

Todos tenemos algo que decir sobre el COVID-19, por un lado, están los que hablan a favor de la corriente oficial y, por otro lado, están las voces contrarias. Pero, ¿alguien sabe cuál es la posición de la sociedad intelectual y académica a este respecto? ¿Están alineados con las políticas globales, nacionales y locales? ¿Acompaña al oficialismo como un brazo más de concienciación de la sociedad? ¿Se han convertido en simples partidarios del bienestar del sistema? ¿No critican la corriente oficial? ¿Los vemos organizando charlas, debates, conferencias sobre esta realidad confrontada?





Por mucho que investiguemos en los medios y redes sociales la presencia de la sociedad intelectual y académica con esta crisis de enfrentamiento social, no encontramos su presencia crítica. Mientras la gente común responde a esta crisis social, la sociedad intelectual y académica ni siquiera es capaz de regular los eventos.

Por supuesto, existe un problema social y ético presente en todos los espacios sociales, donde hay una realidad social confrontada, sin embargo la sociedad intelectual y académica (psicólogos, psiquiatras, filósofos, sociólogos, politólogos, historiadores, periodistas, etc.) no asumen su responsabilidad de enfrentar críticamente esta problemática.

Visto así, podemos decir que las ciencias sociales son monitoreadas y sometidas por la sociedad intelectual y académica, y estos por el sistema dominante. Sin duda, el impacto social de COVID-19 es un desafío para la psicología, neurología, filosofía, sociología, etc.

Nos preguntamos qué pasa, por qué la sociedad intelectual y académica no se pronuncia ante lo que vemos de una realidad confrontada. ¿Por qué la gente común responde y estos están en silencio o se limitan? Por supuesto, esta sociedad intelectual y académica conoce muy bien este problema, pero influenciada por el statu quo hay mucho que perder si participan directamente. Estar separados, como meros espectadores, o participar de una manera conservadora, relativa y ambigua es un asunto de siempre. Se muestra con la realidad que esta relación Universidad-Sociedad no existe. Una realidad que afirmo en mi libro Cómo la universidad española afronta el problema territorial (ed. 2017) y se confirma una vez más.

Les escribo a los estudiantes universitarios, que investiguen y desarrollen el pensamiento crítico ante esta realidad social confrontada. Que utilicen las redes sociales y expresen su opinión al respecto. En la estadía de sus universidades para impulsar el discurso crítico con sus habilidades y pensamientos; alcanzar el nivel epistémico, como la verdad, la objetividad, la realidad o la justificación frente a esta realidad social.

Me dirijo a los opositores de la corriente oficial, ustedes son partícipes del aluvión de críticas contra los gobiernos y el sistema dominante, lo cual es coherente y necesario, pero recuerden que también deben levantarse y ser muy críticos con esta sociedad intelectual y académica. Hay que tener en cuenta que la crítica no debe centralizarse contra los gobiernos y el sistema dominante, sino también, y con mayor fundamento y vehemencia, contra la sociedad intelectual y académica, porque ahí es donde se originan los problemas, desde la educación. Es fundamental agrupar el continente y contenido, el fondo y la forma, de lo contrario vuestro trabajo es en vano. Adelante, emplea y usa el poder de las redes sociales, detecta, ubica y emplaza a intelectuales, académicos y organizaciones afines, ayúdalos a romper su cobardía y así  sacarlos del armario. ¿Sois capaces?

¿Qué le pedimos a la sociedad intelectual y académica? Ante esta crisis social, tratar de transformar lo académico en social, abordar con relevancia esta problemática, romper las cadenas que aprisionan la libertad académica y la libertad de expresión, escuchar la opinión de las personas y participar junto a ellas. Recuerda que la sociedad te necesita; no eres simplemente cuantitativo; encuentra tu razón para existir con la sociedad y no con el status quo.